lunes, 27 de enero de 2014

OBESIDAD

Un 21,3% de niños españoles de 6 a 11 años y un 14,3% de adolescentes de 12 a 17 años tienen obesidad abdominal y por tanto riesgos metabólicos, aunque muchos de ellos tienen un peso completamente normal, según un estudio realizado por el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM). El estudio, el primero sobre obesidad abdominal en niños en España, ha concluido que incorporar la medida de la circunferencia de la cintura de niños y adolescentes a la práctica clínica permitiría detectar más fácilmente a los menores con riesgo cardiometabólico. La investigación, cuyos resultados publica la revista PLOS ONE, concluye que incorporar la medida de la circunferencia de la cintura en la práctica clínica, junto con las medidas tradicionales de peso y altura, permitiría detectar a aquellos niños que tienen más predisposición a padecer arteriosclerosis o diabetes tipo 2. Según ha informado el IMIM, el estudio ha analizado los datos de 1.521 niños y adolescentes españoles de entre 6 y 17 años que habían participado en el estudio ENKID sobre nutrición y hábitos alimentarios. Los investigadores han medido la proporción de obesidad abdominal, tanto en aquellos que tenían un peso normal como en los que tenían sobrepeso. Para ello, han utilizado la medida de la circunferencia de la cintura y la altura, lo que se denomina ratio cintura/altura, un indicador totalmente independiente de la edad y el sexo, y que estima que existe obesidad abdominal cuando el resultado es igual o superior a 0,5


"Métodos tradicionales de cribado" Helmut Schröder, investigador del grupo de investigación en riesgo cardiovascular y nutrición del IMIM y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública, ha explicado que "en España, un 21,3% de niños de 6 a 11 años y un 14,3% de adolescentes de 12 a 17 años tienen obesidad abdominal". "Del total de niños españoles con peso considerado normal o con sobrepeso, un 7,5% de los de peso normal presentan obesidad abdominal y del grupo de niños con sobrepeso, la presentan un 49,2%. Todos ellos no habrían sido identificados con los métodos tradicionales de cribado", ha añadido Schröder.

Según este investigador, lo mismo ocurre con los adolescentes, ya que un 1,8 % tienen peso normal y un 44,1% tienen sobrepeso "y tampoco habrían sido detectados". El investigador de Ciencias Clínicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de Fisiopatiología de la Obesidad del CIBER, Lluís Serra-Majem, ha explicado que, a diferencia de lo que se cree habitualmente, "hay personas, tanto adultas como jóvenes, que pese a tener un peso normal, tienen obesidad abdominal y a la inversa, personas con sobrepeso, que tienen la grasa repartida por todo el cuerpo y por lo tanto un menor riesgo cardiometabólico". Con riesgo cardiometabólico La grasa abdominal es importante a la hora de padecer enfermedades cardiovasculares o metabólicas en edades muy tempranas y el estudio ha comprobado que, con las medidas tradicionales, hay un porcentaje de niños y adolescentes que no son detectados y que tienen este riesgo cardiometabólico. Según los resultados de este estudio, los investigadores creen que es necesario incorporar la circunferencia de la cintura como una medida más dentro de la práctica clínica rutinaria, una medida que, según el IMIM, es fácilmente aplicable, sin coste adicional y que tomaría sólo unos minutos a los facultativos. Esto permitiría tener un mayor control de esta población de riesgo que actualmente pasa desapercibida y poder prevenir futuros eventos cardiometabólicos en edades tempranas o más adultas, ha concluido el estudio.


Según el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM). Es el primer estudio sobre obesidad abdominal en niños en España. El estudio ha analizado los datos de 1.521 niños y adolescentes españoles de entre 6 y 17 años que habían participado en el estudio ENKID sobre nutrición.

domingo, 26 de enero de 2014

CONSERVAR EL PAN DE MOLDE

El consumo de pan de molde es muy común en España, aunque muchas veces se compra en cantidades superiores a las que la vida útil de este producto, corta si no se conserva adecuadamente, permite. Varias investigaciones han demostrado la capacidad del aceite esencial de orégano como antimicrobiano natural y para mejorar las propiedades sensoriales de los alimentos, indican desde Eroski Consumer. Este puede ser efectivo para prevenir los efectos no deseados de E. Coli, Salmonella enteriditis y Penicillium sp. en el pan de molde. Los sobres con aceites esenciales de orégano han demostrado, in vitro, por el método de difusión en agar, tienen efectos antimicrobianos contra ciertos microorganismos y contra el crecimiento de levaduras y mohos en el pan de molde. Según la investigación, el pan tratado con este antimicrobiano natural dura más que el que no se ha tratado. Esto es así porque el aceite esencial del orégano (Origanum vulgare) contiene timol y carvacrol, dos sustancias fenólicas con demostrada eficacia antimicrobiana. Su incorporación en el campo de la alimentación podría reemplazar, según los expertos, el uso de productos químicos que actúan como conservantes. El aceite esencial de orégano ha demostrado tener actividad antibacteriana contra microorganismos de descomposición a distintas concentraciones, así como otras especies vegetales como menta, romero o limón.

Ya en una investigación realizada en 2004 por expertos de la Universidad de Gante (Bélgica) se demostró que el carvacrol tenía capacidad para eliminar especímenes de Shigella. Los aceites esenciales se podrían utilizar, por tanto, como aditivos naturales para conservar productos alimenticios ya que tienen capacidad de inhibir bacterias y agentes patógenos. El orégano es, hasta el momento, uno de los antimicrobianos naturales más efectivos, según han demostrado numerosas investigaciones en los últimos años. Cómo conservar el pan de molde en casa El pan de molde se comercializa en una bolsa de plástico, en la que puede conservarse en casa siempre que se cierre bien y se deje en un lugar seco y fresco, lejos de la luz solar directa, a temperatura ambiente. Suele conservarse más tiempo que el pan fresco por su contenido graso y la presencia de conservantes. A pesar de que el frío de la nevera retrasa la aparición de mohos, es preferible no conservarlo en su interior ya que las bajas temperaturas eliminan la humedad y, por tanto, el pan se endurece de forma más rápida. Siempre que se adquiera pan de molde, deberá prestarse atención a la fecha de caducidad, establecida por cada fabricante con los plazos de conservación seguros. El pan de molde puede congelarse, aunque es posible que pierda ciertas propiedades, por ello es preferible que, si se congela, se haga lo más pronto posible a su compra.


domingo, 27 de octubre de 2013

EL CHOCOLATE NO ENGORDA


El chocolate no engorda. Por lo menos, en dosis razonables. Es la conclusión del estudio de cuatro investigadores de la Universidad de Granada dentro de un gran estudio europeo para combatir la obesidad entre los jóvenes, que arrojó un resultado sorprendente aunque, según ellos, no del todo inesperado: los adolescentes que más chocolate consumían tenían una menor cantidad de grasa acumulada en su cuerpo. Unos resultados que, además, ha publicado la prestigiosa revista científica 'Nutrition'.

El proyecto europeo se conoce como el Helena (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence) y ha estudiado a más de 3000 adolescente de entre 12 y 18 años de nueve países diferentes. En España, en concreto en la Universidad de Granada, sus ejecutores han sido el doctor Jonatan Ruiz y el doctor Francisco Ortega, de la Facultad de Ciencias del Deporte, y la doctora Magdalena Cuenca y el profesor Manuel Castillo, del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina.

El doctor Ruiz explica que se estudió el chocolate como un alimento que normalmente se asocia con la obesidad en adolescentes, midiendo los índices de grasa total -en todo el cuerpo- y grasa central -esto es, en el abdomen, es decir, los michelines- de los 1.458 jóvenes participantes en el estudio. El resultado fue el contrario a lo que siempre se ha supuesto: los que más chocolate comen son los más delgados. Eso, midiendo los índices de grasa con varios métodos diferentes, para mayor seguridad.
Ruiz aclara que el chocolate tiene, de forma objetiva, gran cantidad de componentes que ayudan a la salud cardiovascular -antioxidantes, antinflamatorios, antitrombóticos-, lo que previene la obesidad, algo que estudios anteriores habían constatados en adultos. De hecho, lo que más suele engordar del chocolate comercial son los azucares y lácteos que se le aplican, y no el chocolate en sí, aunque en este estudio el tipo de chocolate que consumían los adolescentes es el disponible en cualquier en tienda, precisamente el que lleva componentes nocivos. Y, sin embargo, el resultado es el que es.

A más chocolate, menos masa corporal

El investigador explica que "tampoco podemos decir que el chocolate adelgace, porque eso necesitaría otro estudio, y está claro que en grandes cantidades, como todo, engorda, pero lo que está claro es que no es un factor determinante en la obesidad". De hecho, se ha comprobado en estudios recientes de la Universidad de California que "a mayor consumo de chocolate, menor índice de masa corporal".

Otra de las autoras del artículo, Magdalena Cuenca, apunta como "todas las investigaciones recientes se están centrando en estudiar la relación entre determinados alimentos y los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo el sobrepeso o la obesidad". 


Lo que está claro es que "en cantidades moderadas, el chocolate puede ser bueno, como ha demostrado nuestro estudio. Pero un consumo excesivo resulta, sin duda, perjudicial. Como se suele decir: demasiado de algo bueno, ya no es bueno". Eso sí, añade: "se podría decir que no comer chocolate porque estás a dieta no tiene sentido, porque no engorda. Es lo primero que se quita mucha gente cuando quiere adelgazar y no tienen por qué".

Así, el estudio Helena contempla factores como la propensión genética a la obesidad o la influencia del estilo de vida sobre la anterior. Igual que el chocolate, otros tipos de alimentos o hábitos serán estudiados para hacer un mapa de la salud cardiovascular de los jóvenes europeos. Lo que está claro es que con estos resultados en la mano, para algunos el chocolate pasará de ser un placer culpable a un placer a secas.

El Mundo

jueves, 24 de octubre de 2013

NUEVOS DESCUBRIMIENTOS SOBRE LAS GRASAS

Durante años, las grasas saturadas de productos como la mantequilla, la leche o la carne roja han sido estigmatizadas como responsables de las principales enfermedades cardiovasculares. Su consumo siempre se ha visto con malos ojos por parte de doctores y nutricionistas que han detallado hasta la saciedad los peligros que entraña tomarse un buen chuletón. Sin embargo, la pésima reputación de las grasas podría desaparecer ya que según un estudio publicado por la prestigiosa revista británica «British Medical Journal», su consumo no resulta perjudicial para la salud, como hasta ahora se ha asumido. 



El cardiólogo británico, Aseem Malhotra, uno de los más prestigiosos en Reino Unido, afirma que la ingesta de productos bajos en grasa incrementa paradójicamente el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
La actual obsesión de la población por los productos desnatados o light, «aterrada» por ese miedo a la grasa, acaba siendo más perjudicial, ya que estos alimentos disfrazados de saludables presentan un alto contenido en azúcares añadidos, según expone el doctor del hospital de Cardiff. Ante la guerra declarada, la industria alimentaria ha tendido a sustituir las grasas eliminadas en los alimentos por edulcorantes y azúcares para compensar la falta de sabor. 

domingo, 1 de septiembre de 2013

CONSEJOS PARA EVITAR INTOXICACIONES


Mantener la comida fuera de cualquier agente contaminante es primordial si queremos evitar la aparición de patógenos. La manipulación de los alimentos sin una correcta higiene, su mala conservación o preparación en una cocina llena de suciedad son varios de los factores que pueden desembocar en una infección provocada por bacterias.

Las bacterias son los patógenos más habituales en los alimentos, aunque no son los únicos. Virus, mohos y levaduras también suelen frecuentar los alimentos. Las bacterias pueden causar al consumidor infección e intoxicación, son dos consecuencias diferentes. La infección se produce por la ingesta de alimentos contaminados con bacterias vivas que entran en el huésped y provocan la enfermedad. La intoxicación, en cambio, aparece cuando se ingieren alimentos que antes se han contaminado con bacterias que producen toxinas, y estas últimas son las que causan la enfermedad. Sin embargo, el denominador común de todas ellas son los síntomas gastrointestinales que producen: dolor abdominal, nauseas, vómitos, diarreas, calambres, fiebre, etc.
¿Cuáles son las más habituales y en qué tipo de alimentos? Desde Consumer dan respuesta a estas dos cuestiones y también ofrecen consejos para evitar su aparición:

Salmonella
Alimentos implicados:
  • Los huevos crudos en primer lugar y todos los derivados en cuya elaboración se utiliza huevo crudo, como mayonesa, clara batida o leche con huevo.
  • Aves crudas o poco cocinadas.
  • Alimentos ya elaborados que se dejan a temperatura ambiente durante varias horas.
Recomendaciones:
  • No lavar los huevos, la cáscara es muy porosa y la humedad facilita la penetración de bacterias en el interior. La salmonella se encuentra en la cáscara.
  • No utilizar huevos rotos, con restos de plumas o heces.
  • Conservarlos en el frigorífico para aumentar su vida útil, aunque pueden almacenarse a temperatura ambiente.
  • Lavar el plato y utensilios donde se ha batido o manipulado huevo crudo para que no entre en contacto con los alimentos elaborados.
  • Cocinar la carne en general, pero sobre todo las aves, la temperatura en el interior debe alcanzar los 65ºC.
E. coli
Alimentos implicados:
  • Carne de res cruda o poco cocinada.
  • Productos frescos crudos.
  • Leche cruda.
  • Jugos de fruta sin pasteurizar.
  • Agua contaminada o sin un adecuado tratamiento de potabilización.
Recomendaciones:
  • Cocinar de forma adecuada la carne de res, sobre todo las hamburguesas.
  • Control de los alimentos frescos en el origen, de forma especial la leche y la carne.
  • Evitar consumo de leche no pasteurizada o agua no potabilizada.
  • Desinfectar los vegetales que vayan a consumirse crudos o bien lavarlos con abundante agua.
Listeria monocytogenes
Alimentos implicados:
  • Alimentos refrigerados (se multiplica de forma rápida durante el almacenamiento de los alimentos a una temperaturas de refrigeración).
  • Alimentos listos para consumir a base de carne de res, pollo o pescado.
  • Leche cruda.
  • Quesos blandos.
  • Verduras con un excesivo almacenamiento en origen.
  • Productos en conserva o ahumados.
Recomendaciones:
  • Evitar el almacenamiento prolongado, incluso en refrigeración, de vegetales.
  • Limpiar y desinfectar las superficies de uso y los utensilios en contacto con alimentos crudos.
  • Mantener una cuidadosa higiene del frigorífico.
  • Asegurar una correcta cocción de los alimentos.

miércoles, 28 de agosto de 2013

DASAYUNO PERFECTO

Todos sabemos que el desayuno es la comida más importante del día. Unas tostadas de pan de masa madre con mantequilla y mermelada suena muy bien, pero ¿qué tenemos que desayunar?
Lo más importante del desayuno es tomárselo con calma. Muchas veces vamos con prisa o preferimos dormir 15 minutos más en vez de desayunar. Piensa que el desayuno nos carga las pilas para el resto del día. Si nos lo saltamos, tendremos muy bajos los niveles de azúcar y acabaremos consumiendo más grasas de las que nos convienen a lo largo del día.


El desayuno ideal, debe contener: carbohidratos, fibra, proteínas, azúcar y vitaminas.
Las proteínas son importantes ya que tardamos más tiempo en digerirlas y nos sacian más que los hidratos de carbono.
Claves para el mejor desayuno:
Para beber: el café y el té se han convertido en nuestros aliados, pero no debemos olvidar que tienen cafeína y que su consumo debe ser moderado. Un vaso de zumo de naranja natural cuando estemos en temporada (de noviembre a junio) o de zumo de granada, completarán los líquidos.
Para comer, os proponemos varias opciones:
-Una tostada de pan de masa madre, para que sea lo más natural posible, con un poco de jamón ibérico o pavo y con un chorrito de aceite de oliva virgen.
- Un huevo frito o en tortilla acompañado de una rebanada de pan es una opción perfecta.
- Cereales de fibra

- Ensalada de frutas de temporada, como melón o melocotón
Y no te olvides de las grasas "buenas" como frutos secos, y miel.
Deja los churros, los croisant y los bollos para un único día a la semana y acuérdate: "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo"

Alfredo Zablah

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